guardábamos
nuestros sueños en barcos de papel
nos atábamos
las rutinas con alas
nos dormíamos
en almohadas blancas,
por
eso nunca nos tecleábamos la piel
ni mirábamos
el espejo buscando canas,
éramos
tan jóvenes
que nos
levantábamos caminando.
Maravilloso escrito amigo, como la que tu nos invitas a leer. Un abrazo
ResponderEliminargracias amiga
ResponderEliminar