Sus
abrazos eran como lenguas de mar
que dejaban
trozos de vida en la orilla.
Sus
abrazos eran como mariposas de hielo
que refrescaban
todas las esquinas de mi piel.
Sus abrazos
eran senos desnudos
que llenaban
mis venas de deseo.
Sus
abrazos eran como un cielo vestido de estrellas,
eran luz,
sosiego y sueños plagados de almohadas.
Sus
abrazos eran perfectos,
eran el
latido que hacía girar el mundo.
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