Nos alimentábamos
de besos
bebíamos
el agua de nuestras lenguas
y nuestros
vientres
estaban
repletos de copos de azúcar.
El amor
nos daba hambre
como si
nuestros esqueletos
estuvieran
desnudos de pan,
por eso
nos devorábamos las bocas
para
que nuestros cuerpos se saciaran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario