No
quiero ser la lágrima continua
que baña
la tierra que piso,
ni un
dolor clavado en el costado
perenne,
ataviado
del ocre del otoño,
quiero
quererte de lejos
entre versos
y mensajes,
con la alegría
del que
nada tiene que perder,
y sólo
sueña
con un
amor
que nunca
llegara,
aunque lo
tenga abrazado
porque sabe que no le pertenece.
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