Nieva
a la misma intensidad de un niño tirando
gapos a un charco.
No
cuajara ni para hundir el dedo meñique de tu pie más pequeño
Será
agua helada y azucarada de la que no cabe en los telediarios.
No
habrá huracanes que rompan las ventanas de tu alma
Ni
lluvias que te mojen por dentro
Sólo
tendremos el mismo hambre que llevarnos al estómago
Hasta
en el relato del tiempo la mentira se impregno de telarañas.
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