He
notado tan cerca tu cuerpo
que
me perforaron los escalofríos.
No
quiero desprenderme del aroma
que
depositaron tus besos,
ni
quiero perder la lujosa tempestad
con
la que navego tu lengua
entre
el profundo océano de mi garganta.
Tengo
todos los paisajes de tu piel
en
la huellas de mis manos
y
he sentido tu deseo latir entre mi dedos.
Mis
manos son la prolongación de tus pechos
firmes
como un techo sin cielo
intrépidos
como mariposas de luz.
He
sentido tu cuerpo tan próximo al mío
que
he sentido la necesidad de entrarte
y
no salirme hasta vaciarme.
Quiero
tenerte dentro
para
luego no desprenderme de tu sustancia,
hasta
que tu saliva arranque mi piel
hasta
que el sudor nos bañe.
Quiero
vivir dentro de ti
y
no abandonarte nunca.
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