luis perronegro

luis perronegro

sábado, 17 de mayo de 2014

Un día alguien descubre un hilo,

Un día alguien descubre un hilo,
tira fuerte del mismo y llega hasta una ventana.
La ventana se abre de par en par,
tal y como el sueño de un ventrículo.
Más allá de la misma se descubre el sur.
Es en el sur donde el poeta encuentra su recodo;
la calidez del aire le despeja.

Retoma al día siguiente la búsqueda de su huella
junto a la mar que le abriga,
que le acaricia el dedo gordo del pie
y cuya espuma adivina semblantes en la arena.
Puede que el hilo se convierta en cometa
y entonces el poeta se traviste en viajero.
Sus oscuras ocurrencias se caen por el camino
y el camino como todos sabemos no se ha de volver a andar,
aunque sus surcos se te claven en los pies.

Un día el viajero ya no necesita ese hilo,
y  lo que fuera su dicha se transforma en recuerdo.
El recuerdo lo deposita en una diminuta caja
y de ella lo extrae,
poco a poco,
silenciosamente,
para que dure mucho, para que yo me acuerde.



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