Se me cruzo un pensamiento.
Íbamos en un tren ,no era de noche ni de día,
en frente dos pasajeros nos miraban, no podían entender que martirizábamos
el amor entre los dientes y callaban.
Tú dormías , yo escuchaba el compás de tu respiración
y me agarraba con las llagas de mis latidos a su ritmo.
Pude verte sin temor a desgastarte, te miraba tan de cerca
que mi aliento peinaba tus cabellos.
Tú y yo alienados mientras los campos corrían a través de la
ventana.
Se me cruzo un pensamiento.
Éramos los mismos volviendo a casa , pero todo había cambiado.
Habíamos abierto tanto los corazones que no había pegamento
suficiente para soldarlo.
De nuestra herida manaban tantos llantos que haría falta mucha
cautela para coserlos.
Se me cruzo un pensamiento.
Y si nos fuéramos más allá de la última nube que se agarra al
horizonte.
SI cogiéramos barro y moldeáramos nuestro futuro, empezando algo
nuevo, algo tan especial donde sólo tú y yo tuviéramos espejos.
Partiríamos hacia el sur. El lugar donde empiezan los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario