Yo no quiero pasar el hambre de mis
abuelos,
no quiero vestirme con ropas de
viento
no quiero que la pobreza se dibuje
en los espejos
ni que el tiempo sea de arena.
Quiero que al mundo no se lo coma el
dinero,
que el puño derrumbe los muros
que el pan este en boca de todos
que todas tengamos un trozo de cielo.
No encendamos la luz de los
fantasmas
ni cortemos las alas a las palabras,
que luego sólo crecerá hierba negra
y raíces de sangre y fuego.
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