Vivo en su boca
en el fulgor pausado
de su último beso
atrapado por el látigo
de sus abrazos.
Vivo dentro de su piel
junto al oscuro deseo
de su vientre
amasando el pan de sus
pechos
y dejando que el mar
nos inunde.
Vivo enredado en sus
cabellos
durmiéndonos en las
caricias de aire
amándonos en molinos
de viento
deseándonos como olas
atadas al agua
mientras los barcos
duermen en sus puertos.
Vivo a tu lado, en tus
párpados.
Maravilloso poema. Un saludo
ResponderEliminarGracias amiga
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