luis perronegro

luis perronegro

viernes, 15 de enero de 2016

Cuando el camino nace.

Cuando el camino nace mi alma se despierta, recoge sus 21 gramos y acelera el pulso en busca del contacto de su cuerpo.
Recogemos nuestros abrazos entre cuatro baldosas y dejamos que la suavidad de las nubes los guarde junto a la lluvia. Siento su sangre en mi sangre, un mismo latido de cabellos apunto de despeinarse. 
Caminamos por las calles esperando que no desemboquen. Que las avenidas nunca se agoten y que al final el último horizonte nos acerque al sur. Un sur de ventanas abiertas y de alfombras de arena.
Paseamos por parques, donde duermen árboles inmensos, tan grandes que pueden dar sombra a una ciudad entera.
Rezo para que el reloj se pare en los semáforos, para que el aire sepulte los segundos del viento.
Quiero perderme y no llegar a casa, por eso llevo mapas que no conocen el camino de regreso.
Cuando el camino nace  mi alma se despierta y se encuentra con sus palabras durmiendo en mi almohada.

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