luis perronegro

luis perronegro

viernes, 23 de octubre de 2015

Si tuviera que irme a una isla desierta.

Si tuviera que irme a una isla desierta,
me llevaría el sabor de sus pechos
el último latido de su piel al atardecer
el fulgor eterno de su sexo
y sus besos recubiertos de caramelo.

Si tuviera que irme a una isla desierta,
me llevaría una silla
para que el deseo descansara
mientras las olas nos comen los pies.

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