Si hubiera un barco que se hundiera yo
estaría ahí.
No me veo en otro lugar y en otro
momento.
Una tabla a la deriva que danza sobre el
océano, es ahí, en ese sitio, donde parece que me encuentro.
Creo que sería un buen náufrago, tengo
todos los requisitos para ello.
Vivo en una isla donde las certezas
cuelgan de los árboles, sé hablar para dentro y cada día amanezco con un tatuaje
nuevo.
Si hubiera un barco que se hundiera yo
estaría ahí , no me lo perdería por nada en el mundo.
Dejarme engullir por la inmensidad del
azul que bordea al cielo, beberme las gotas invisibles de tiempo que mojan el océano.
Ser agua valiente, horizonte perpetuo ,
arena fría que no se pega a los pies.
Y detrás de un barco habrá una isla.
Y allí estará mi niña con el mar pegado a los labios,
su trozo de sur entre los dedos y sus ojos viviendo en mi piel.
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