Quisiera que tu pasión y
la mía fuera eterna,
fuera una arcilla que pudiéramos
moldear.
Quisiera ser tu trozo de
mar , tu orilla
la última ola de la que se
despiden tus pies.
Quisiera ser tu oasis, el
pañuelo de la despedida
la lágrima que besa tu
rostro.
Pero me conformo,
simplemente, con estar frente a tus ojos
y tus ojos frente a los míos,
con algún abrazo robado y
un roce de piel clandestino.
Me conformo con robarte
una palabra.
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