Hay
te quieros tan redondos
que
se parecen al silencio de la noche,
duermen
Hay
te quieros tan grandes
que
son trozos de piel arrebatados a los
labios,
duelen.
Hay
días en que los besos saben a mar
y
los abrazos nos llevan al sur
entre
te quieros que trepan por las estanterías.
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