luis perronegro

luis perronegro

martes, 31 de marzo de 2015

Nos abrazábamos sedientos.

Habíamos creado algo nuevo
y a veces nos sentíamos desierto
con los dedos llenos de arena,
entonces
nos abrazábamos sedientos
y las puertas se abrían
huyendo la tormenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario