Mientras
la tarde fallece
cuando su
mirada se vuelve triste y tenue,
tú apareces
un día más en mi recuerdo
con tu
rostro pleno de estrellas
y tu
boca plagada de encuentros .
Tenemos
un paraíso de cuatro baldosas
el alma
atravesada por una saeta
y miles
de corazones dibujados en la pared.
Atrás quedaron
los escombros del pasado invierno.
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