luis perronegro

luis perronegro

lunes, 15 de septiembre de 2014

Como una nube sin aire.

A veces era tan fría
que su piel era de escarcha
y yo la miraba
y sus ojos no me veían
eran de plástico,
y mi voz no la alcanzaba
eran notas de agua.
Y me veía tan lejos de mí,
sin energía para seguir,
que mi esqueleto
se quedaba en los huesos,
con la boca llena de sal y sangre.

Entonces regresaba a casa
como una nube sin aire
pensando si no debería cambiar de cielo.

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