Estamos donde queríamos estar:
enfrente,
tu boca y la mía susurrándose
besos ,
a veces secos y a veces húmedos.
Estamos justo en el lugar
donde vuelan nuestros sueños
entre tu lengua de mariposa
y mi saliva de azúcar.
Vivimos en la misma frontera
entre tu pecho esbelto
y mi corazón que
trota,
estamos muy juntos
con la dicha saltando por las ventanas.
Que nos queremos es una palabra
demasiado grande, me dices,
pero quizá muy pequeña
para la pasión que emerge
de nuestra piel
en un incesante manantial
de lluvia y deseo.
de lluvia y deseo.
Fuego que derrite las manos
cuando yacen abatidas
después de susurrarnos
amor a tientas.
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