Teníamos un rincón, teníamos una ventana que a veces
hablaba
Teníamos cerveza suficiente, queso y salchichón
Teníamos una amor silencioso entre manos que ya se nos
había escapado
Y ahora ya era espuma y saliva.
Teníamos todo esto y algo más.
Nos habíamos quitado las pieles y las habíamos dejado
encima de la mesa
Nuestras manos se posaban sobre el sexo del otro con el
semáforo siempre en verde
Dejábamos que el tiempo se marchitara entre besos y
lenguas
Que como mariposas se bebían todo el néctar
Teníamos todo esto y no sabíamos muy bien que hacer.
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