luis perronegro

luis perronegro

domingo, 29 de junio de 2014

A veces te deseo tanto.

A veces te deseo tanto
que  se me escapa el alma.
Tu carne trémula
bajo la huella profunda de mis dedos
parece despertarse de la siesta.

Pienso en mis besos rodeándote,
mordiéndote el cuello,
tus pechos debajo de mis manos
fundidos en fuego
y tragarme el hierro
que perfora tu nariz.

Quiero poseerte
y que me poseas
romper el hielo de nuestras pieles
que se tocan
sin hincarse por dentro.

Quiero tenerte
y que me tengas
estar dentro de ti el tiempo suficiente
para saciarme
para secarme
con la humedad de tu cuerpo.

A veces te deseo tanto
que huyen mis suspiros,
navegan por el viento
con la esperanza de acabar
entre tus cabellos
y regresar allí
al lugar donde nacen mis sueños.

A veces me pierdo
en la ansiedad de mi deseo
y necesito acabar
junto a tus besos
sin esperar
que haya mañana
o rutina
o miedo
que nos impida tenernos.


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