Todo el día estoy pensando
en ti.
Todos los relojes de mi
casa se pararon
no hay segundo ajeno a tus
ojos
ni rincón donde no te
hallé.
He perdido mis certezas
hasta mis lágrimas ya no
saben igual.
Todo el día estoy pensando
en ti
en el eco infantil de tu
voz
en el laberinto de tu
rostro
tallado con infinidad de
pecas
en el estrecho alfiler que
atraviesa tu nariz
y que me hace daño.
Te digo que me quiero ir.
Tú me pides que me quede
que todo lo empezamos
juntos
y así debe suceder.
No entiendes que mi vida
se ha frenado
que no vivo más allá de ti
que mi corazón es de
viento
y se está yendo
y que luego no lo podré recoger.
Déjame volar mi amor.
Déjame que adquiera
la cordura suficiente
para olvidarte..
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