Ella sabía volar
volaba como nunca nadie antes
pudo remontar,
planeaba tan alto
que podía estar mirándola todo
el tiempo
como si las nubes se
hubieran
parado encima de su
cabeza.
A veces sus ojos eran luciérnagas
en una noche siempre ciega.
A veces su flequillo, que
ya no era tan recto
se constituía en la única línea
que dibujaba mi horizonte
Algunos días
pensaba que
me amaba un poco
lo necesario para
mantenerme respirando.
Otros
sólo veía espejismos en el
agua
olas que nunca se
encuentran.
Ella sabía volar
muy alto
lo suficiente para atrapar
mi corazón
y llevárselo muy lejos
a un lugar
de donde nunca podría
regresar.
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