Me sorprendí escuchando a
los piratas. Me encontré repitiendo una de sus estrofas como si formara parte
de la notas con las crecí.
Como si la hubiera cantado en los parques y apuntalado en
sus bancos.
Prometo no pensar en ti
decía la letra. Una promesa a la que yo no alcanzaba.
Recuerdo que nunca me
habían gustado.
La voz del cantante me
parecía una impostura, como rebeldía que sólo dura un fin de semana , como si se
hubiera quedado sin ganas a mitad de la canción.
Sin embargo, en sus notas
ahora veía carreteras perdidas que me sonaban a tu voz, paisajes vacíos
poblados por pequeños pueblos tristes que se alegraban al vernos
y tus ojos siempre
presentes.
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