Heroish Perrorojo |
Recuerdo que cuando niño me asomaba a los cristales.
Dibujaba pájaros de saliva en los escaparates y me reconocía en los espejos
de miniatura.
Quería vivir los sueños de otros, soñar la vida de los demás.
Quería vivir el sueño del beduino que atravesaba el desierto sin una gota de
sed, mientras exclamaba que su sed era cosa suya y que no pensaba malgastarla
en palabras repletas de agua.
Quería sentir el aroma del primer beso con la luz
apagada. Percibir como los cuerpos se unen y luego descansan sumergidos en
sudor.
Luego el cristal se volvió opaco y desee volver a ser
otra vez el niño que miraba a través de la ventana hacia alta mar, mientras
perseguía una ballena blanca.
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