La vi en un bar .
Una
noche de estas.
Ella
soñaba como siempre. Sueños imposibles.
Me
dijo que quería dedicarse a la exportación de bragas usadas.
Me
sonó raro.
No
supe distinguir si era efecto del humo que había ingerido
o
que mi capacidad de sorpresa andaba ya
mutilada.
Siguió
hablando de su ropa interior
con
fruición
con
los ojos disecados.
Hablaba
y yo escuchaba
hasta
que apareció alguien a su lado.
Es
mi pareja me comento.
Siempre
que llego a casa tiene los platos lavados
y eso puede ser suficiente me dijo.
y eso puede ser suficiente me dijo.
Me
retire con el ánimo encogido.
Esa
costumbre ya la había abandonado.
Ahora
los dejaba flotar en el fregadero
esperando
que alguien
o
algo les buscara una salida.
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