Sucedió que el cielo se abrió
y se cayeron todas las estrellas
encima de nuestras cabezas.
Sucedió que la música se paro,
se fueron hasta los bailarines,
pero nuestros labios siguieron danzando
agarrados con pegamento.
Sucedió que empezó a entrar agua en los bolsillos,
primero se inundaron los vasos
y luego las certezas.
Parecíamos náufragos vestidos de flamenco.
Sucedió todo esto,
durante el instante
que pintábamos nuestro propio fotograma
para tu colección de besos.
Luego salimos corriendo
a perseguir la luna.
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