El río que nos lleva
a la punta de los labios,
junto al fragor de las almohadas
y noches que se comen las estrellas.
El río que nos deja
junto a las bocas azules,
con el clamor de las pieles dormidas
en la eternidad de los vientres vacíos
El río que desemboca
junto al corazón despierto
y las caracolas de los cabellos
con el océano como ventana.
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