Mis ojos nunca se
acuestan
son linternas de trapo,
la noche siempre me
acecha
de mi boca nacen
estrellas
y en mis labios
se pierde el agua de los
océanos.
Los bares mutilan las
notas
las aceras son espejos
de sombras
y yo
prometo no volver a
hacerme daño.
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