Mi amor
creció suave, como un árbol,
entre el
deseo que se dormía
en la
punta de la lengua,
entre paseos
que fallecían
junto al mar,
con abrazos
repletos de algodón
y con
los labios llenos de flores
Mi amor
creció hasta mudarse a mi piel
y lo único
que deseaba
es que sus besos no fueran aire
y que
cada mañana
se levantaran
junto a mi almohada.
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