Todos
los minutos son tu cuerpo desnudo.
Todas
las promesas habitan en tu piel abierta ,
en tus
cabellos cuando se despiden de la almohada,
en tus
pechos altos con sabor a melocotón,
en tu
sexo dulce , húmedo y a veces arrepentido
Todas
las tristezas se las bebían nuestros abrazos,
se
desvanecían en la recta luminosa de tu espalda,
en la
quietud de tus muslos prietos
con
nuestras lenguas abrazadas.
Todas
las luces viven en la esquina de tus labios,
por eso
cuando se duermen tus besos. El día se apaga.
que cortos se hacen los minutos cuando se disfrutan tanto, preciosas palabras.
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