Mi niña
tiene
los huesos llenos de viento
y todas
las mañanas me despeina,
mi niña
tiene
la rebeldía atravesada en la nariz
por eso
su oxigeno sabe a fuego y barricadas,
mi niña
tiene
besos que saben a papel
y palabras
que son versos de azúcar,
mi niña
tiene
todos los relojes del mundo
por eso
cuando estoy frente a sus ojos
el mundo
se para
y el
tiempo se derrite como mermelada,
mi niña
lo
tiene todo
y yo,
ya no
necesito nada.
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