Hay
días que hablamos
con el
corazón encima de la mesa,
con nuestras
pieles sudando versos
y nos
miramos
como si
no hubiera mundo
más allá
del último
latir de nuestro párpado.
En esos
días
yo sé
y tú
sabes
que nunca
nada podrá separamos,
ni el
viento que nos lleva lejos,
ni un
mar entero entre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario