Con tu boca y mi boca
encadenada en susurros de agua
con nuestros trocitos de lengua
entrelazados
como mariposas de aire.
Dibujándonos el mismo tiempo
respirando dentro de la misma nube
y con nuestro deseo en burbujas
encerradas entre cuatro baldosas.
No nos faltaba nada, excepto salir a
la calle
y empezar a flotar entre los duendes
que planean las calles.
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