Imposible
es imposible que me
levante
a tres kilómetros de sus
ojos
y que mi corazón no deje
de parpadear brea,
que las venas no se me
abran entre nubes
nutriendo las lluvias
venideras.
Es imposible no salirme
del sueño
y saber que sólo la tengo
un momento,
que tengo su cuerpo
prestado
un instante,
un abrazo cautivo
durante un soplo de viento.
Es imposible no acordarme
que vivimos otras vidas,
que sus besos son un
regalo
de los que no soy el dueño,
que sus ojos son un
privilegio
que no me corresponde,
y que habrá un final
una puerta que se cierra
un libro que no se abre
una tarde
de otoño.
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