Mi
amada esquina
el
lugar donde arrebate
a
los estertores de mi infancia
una
revolución siempre dispuesta
a
engullir las hojas de mi calendario
mientras
el fuego se comía los contenedores
Mi
amada esquina
cuantos
versos abandonaron mis labios
con
el aliento de la hoz y el martillo
con
bocanadas de pueblo
con
perdigones de fuego
arrebatados
a mis dientes
robados
al deseo .
Ahora
viendo pasar el tiempo
con
la necedad como bandera
sólo
puedo decir que no hay nada más insurrecto
ningún
aplauso más revolucionario
que
la coherencia,
una
rama del árbol que nunca quiebra.
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