Se me
quedo el beso en la boca,
pegado a los labios.
Regreso con él a casa
atrapado en mi confusión
arropado por los pasos
de una multitud que no cesa.
de una multitud que no cesa.
Y entonces recuerdo
todos los besos que se quedaron en el aire
la infinidad de versos atrapados
en los resquicios de su laberinto,
el desconcierto
que mana de mis manos y mi piel.
Y me pregunto
si hay alguna esperanza en mi deriva.
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