Dices que nunca me viste
en modo triste
y eso es así
la tristeza la guardo en los cajones
junto a los graves diagnósticos.
Mi alegría es una estantería
repleta de tus sueños, de tus sonrisas
y en ella no hay telas de arañas
ni polvos que se enquisten.
Allí sólo estás tú
y tu rostro plagado de
estrellas.
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