A veces
adelgazo mis palabras
para que entren dentro de tu piel
y se hagan fuertes
como tatuajes de flechas y corazones.
A veces
te digo te quieros
que son como lágrimas
que abandonan las cuencas de mis ojos.
Tú no quieres ni escucharlos
porque cada uno de nosotros tiene sus certezas
la mía se desvaneció cuando llegó tu amor
y la tuya no lo sé, nunca me dices nada.
A veces
pienso que debo olvidarte
que al final el dolor lo impregnara todo
pero no puedo
al igual que el árbol no puede desprenderse de su sombra
yo no puedo conseguir que abandones mi pensamiento.
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