He
visto a Dios velando por nuestros deseos.
He
visto el hielo parpadeando
en
la oscura retina que soporta a tus sueños.
He
visto la oscuridad tan cerca
que
no he vuelto a cerrar los ojos.
He
visto amaneceres dorados, siempre ebrio.
He
conjugado los versos necesarios
mas
el silencio siempre
parece
suceder a mis actos
en
un prolongado
transcurrir
cansado..
He
conocido a Dios de nuevo entre tus ojos
entre
los clavos que perforan tu nariz
y ahora
creo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario