Estoy perdido. No me
reconozco.
Las huellas que
construyeron mis certezas se han desvanecido.
Más abajo de mis pies sólo
queda abismo. Mi presente es el silencio.
Vivo sólo para sus ojos.
En un laberinto donde las palomas se comieron las migas de pan que trazaban mis
pasos.
Busco el significado de
esa mirada perdida, de esa sonrisa descuidada. Amor, cariño o nada.
No puedo ir más lejos. No
me deja. Si tú te vas yo también me susurra con el vidrio en la mano. Sus
palabras mis cadenas.
Quiere que escribamos
juntos las páginas de las revoluciones que están por llegar. Sangre que se
derretirá en el asfalto. Hambre en las esquinas.
Yo la amo y ella me mira
con las pupilas abiertas como si la noche abandonara a sus estrellas.
Estoy atrapado en el
laberinto de sus ojos. No hay salida. Sólo misterio por un futuro siempre
incierto.
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