luis perronegro

luis perronegro

sábado, 18 de enero de 2014

Sucede que siempre vuelves

Sucede que cuando mis ojos se despiertan
lo primero que ven es tu rostro perfectamente tallado
con el piercing atravesándote la nariz.
Los vuelvo a cerrar, espero los segundos de una respiración.
Y otra vez estas allí.

Desayuno mientras me acompañas sin estar,
pongo música y apareces en la última nota que alguien ha dejado caer.

Salgo a pasear al perro que no tengo
cojo cualquier sendero y estas allí. Aún no te fuiste

Sucede que me canso de que todos mis pensamientos acaben en ti. Y entonces aprieto al pause.
Juego a ser revolucionario , joven y  a veces hasta poeta
a enredarme con las palabras  y atenazarlas junto al fuego,
forjar batallas en mis dedos con las que recorrer tus pechos.
Luego la noche llega y me vacía como el que se queda sin estomago.

Sucede que hago planes para ahuyentarte.
Construyó almacenes donde albergar la rutina. Trabajo a destajo en ello.
Encierro mi pensamiento con llave y por dentro.
Lo escondo entre pilas de complicaciones y le doy el carácter de prioritario.
Y todo ello me dura el instante que tarda en bombear la sangre por mis venas.

Hace tiempo que no vivo más allá de tu última sonrisa.

Sucede que abro este cuaderno
para olvidarte
y  al final lo he llenado con tus versos.

Siempre vuelves
como las resacas en domingo.


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