Esta
noche esta tatuada en mi vientre.
El
aroma de tus senos no se agota en la palma de mi mano.
Siento
como mi piel vuela y se arroja hacia tu espina dorsal.
No
puedo respirar, hago acopio de aire y me vuelvo a fundir en tu cuerpo.
El
sudor nos baña, nos acicala y nos reconforta . Sabe a nosotros mismos.
Nos
perdemos en el kilometraje de nuestras morfologías.
En
los escondrijos del deseo.
Nos hemos amado hasta el tuétano,
como si nuestro odio se hubiera disipado con la luna
llena
y la carretera
poblada de estrellas.
Y al amanecer vendrán las pausas.
Monotonía de sombras frente al espejo.
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