Alimentábamos espejismos
como quien alimenta rosas
en el parque
mezclando el aire con
vino,
y cuando los labios del invierno
se abrían por las páginas del viento,
dejábamos nuestros sueños en las nubes,
esperando a que la lluvia de primavera
llenara nuestros abrazos cautos
de lágrimas y de barro.
y cuando los labios del invierno
se abrían por las páginas del viento,
dejábamos nuestros sueños en las nubes,
esperando a que la lluvia de primavera
llenara nuestros abrazos cautos
de lágrimas y de barro.
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