la lenta agonía de los zapatos nuevos
el desenfreno de las camisas ahogadas en su estante
el chocar de una multitud sin cuello
mientras las dependientas fallecen
en pilas de pantalones que parecen escupir al cielo.
por eso cuando las tiendas se llenan
de esqueletos parlantes y sombras vertiginosas
mastico mis anhelos en las calles quietas
descargando del móvil frases innecesarias
me agota el sonido del escaparate
los carteles que llaman al desquicio
mientras las hormigas nos devoran
las cuencas de los ojos.
consume hasta morir:
el sueño de los escaparates vacíos.
La verdad es que es una pena que el supercialismo haga tanto bulto en el mundo... .
ResponderEliminarUn besico
Noa
así es Noa, el ruido de los escaparates a veces nos impide ver la vida.
Eliminarun beso