no se por dónde empezar

Eres el sueño que siempre quise soñar,

la gota de agua que deseaba beber

la droga de la que nunca me quise quitar

eres todo eso y algún trozo de lengua más,

por eso cuando tu cuerpo se me muestra desnudo,

no se por dónde empezar

como un niño ante un pastel de chocolate

como una primavera ante las primeras ráfagas de sol.

miedos

Miedo a ser siempre horizonte

Miedo a ser bala entre los dientes

Miedo a ser jaula sin barrotes

Miedo a ser aire sin nube

Miedo a ser un amanecer sin escarcha

Miedo a que tus ojos brillen

y no estar a tu lado.

lo inmortal está en la pausa de nuestros labios

Lo inmortal esta en el borde de sus ojos,

en la pequeña habitación

donde transitaban sin pausa los paraísos,

en el recodo donde nacen los besos,

en el abrazo profundo

como el sueño de una serpiente,

Lo inmortal está en la pausa de nuestros labios.

el principio y el fin de los sueños

Si la luz tuviera rostro

sería el suyo, poblado de estrellas.

Si el mar tuviera un lugar donde reposar

serían sus labios, mariposas que besan el cielo.

Si el sosiego tuviera alguna almohada

serían sus cabellos dormidos sobre mi pecho.

Si el deseo quisiera tener nombre

serían las esquinas salvajes de su cuerpo.

Mi niña

el principio y el fin de los sueños.

el océano es mi ventana.

Me gusta soplarle los vientos al mar

comerme el corazón de las caracolas

vestirme el cuerpo de arena,

llenarme la piel de escamas y sal

y dejar que mis sueños

se sumerjan en los barcos de alta mar.

El océano es mi ventana.

amanecíamos devorándonos el amor

Vivíamos en la habitación

donde nacían los abrazos,

nos sentíamos tan unidos

que podíamos tardar horas en separarnos,

como si un pegamento apresara nuestra piel,

como si nuestros besos yacieran en la boca del otro.

Nos dejábamos las huellas por todas las hechuras,

para que nuestros dedos no se perdieran

en el kilometraje de nuestros cuerpos,

en nuestros ojos siempre vivía la primavera

y nuestros corazones tenían las ventanas abiertas.

Amanecíamos devorándonos el amor.

si alguna vez volara como los pájaros

Si alguna vez volara como los pájaros

me cuidaría de tener paracaídas,

siempre hay vientos

que te alejan de las praderas

y la historia tiene mucho hambre

de soñadores,

que portaban sus huesos

en aviones de papel.

tenía la moral del esclavo.

Tenía la moral del esclavo,

apoyaba sin fisuras

a aquel que le golpeaba,

a quien le vaciaba los bolsillos de sueños,

quien se comía el sudor de su piel

a cucharadas.

De su boca no dejaban de manar lamentos,

pero cuando las urnas se abrían

volvía a votar a quien le oprimía.

Tenía la moral del esclavo

y de su espalda no salían alas, sino cadenas.