luis perronegro

luis perronegro

domingo, 6 de marzo de 2016

Marchábamos y así no nos derretíamos.

Nacimos para robarnos las rosas de los labios
y dejarnos trozos de piel
clavados en los paisajes del cuerpo,
por eso cuando las nubes regresaban
por sus autopistas de cielo,
nosotros dejábamos que el aire
nos peinara los cabellos.

Marchábamos, despacio,
construyendo nuestro amor
en habitaciones desnudas,
con el vientre pleno,
vaciándonos el deseo
con besos de agua, con lenguas de fuego,
mordiéndole a la noche su techo de firmamento.

Marchábamos y así no nos derretíamos.


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