La
revolución amanece con las aceras despeinadas.
Las
papeleras vuelan como
mariposas
a las que se les acaba el cielo.
Hay fuego
donde en tiempos pasados había silencio
sudor donde
antaño había huellas y manos.
La
revolución moja el asfalto
como la
lluvia en un día sediento,
dejándose
las olas
en
resacas hambrientas. Con todos los barcos hundiéndose.
Hay mujeres que pintan labios en el asfalto
Alguien
dibuja una línea
justo
en el frente
y la
revolución florece
junto al
amasijo de lápices de colores
que
comienzan a escribir un libro en blanco
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