No nos
dejemos caer
hay que
sostenernos.
Juntemos
nuestras sangres
armemos
nuestras salivas
abracémonos
a nuestras espaldas
tengamos
los corazones prestos
y
cuando alguien grite
aullidos
para romper el silencio
seamos
la misma sangre
y cuando
alguien sude
el olor
de la opresión
seamos el
mismo cuerpo.
Somos hermanos
y hermanas,
la misma
ola que baña la arena
la misma
arena que engorda el desierto.
amigo Luis paso a visitarte y leerte, ten un gran fin de semana y gracias por ese grito de hermandad. Lindo blog
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