luis perronegro

luis perronegro

jueves, 20 de agosto de 2015

A tú lado

Cada vez que una ola
se acueste en tu playa,
cada vez que el desierto
se agarre a los dedos de tus pies,
cada vez que el mar         
te abra su escaparate de peces,
yo estaré allí
mojándote la piel,
llenándote la brisa de besos suaves.

Lugares donde no existe el miedo.

Lugares donde no existe el miedo:
En las esquinas de primavera donde viven sus labios
junto al aroma de durazno de sus pechos
entre la rebeldía calmada de sus cabellos
en su mirada oceánica, plena de sol y mar.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Nos quitaron la sed.

Nos quitaron la sed
con los escaparates repletos
y ahora
mientras la crisis rebosa de alegría
y nosotros perdemos el alma
en espejos antiguos,
se quedarán con el fuego
para que ni siquiera podamos calentarnos

lunes, 17 de agosto de 2015

Como luciérnagas sin sueño.

Porque nadie sabe
que mi corazón es tuyo
que mis labios duermen en tu vientre
y que tus palabras son la brisa
que dibuja mi sonrisa.
Porque nadie sabe
que martirizamos los besos en silencio
mientras el mundo se para
y sólo los dos vivimos dentro.
Porque nadie lo sabe
tú y yo construimos nuestro amor en silencio
como luciérnagas sin sueño.

domingo, 16 de agosto de 2015

Voces del muro 15.


Le robaremos el reloj al tiempo.

Mi niña,
tú y yo,
le robaremos el reloj al tiempo
para que nunca amanezca.

Nuestros besos se acercan

Nuestros besos se acercan,
sigilosos,
robando la escarcha
a los minuteros del tiempo,
plenos de amor y de sal,
arremetidos por las olas
de un azul intenso
que ya no cabe en los bolsillos.

Y entonces
la luna volverá a ser el astro
donde caben todas tus estrellas
y el mar volverá a ser el agua
donde se esconden las ballenas
y la noche la guarida
de los labios que nunca duermen.

sábado, 15 de agosto de 2015

Llevaban la velocidad a cuestas.

Iban rápido,
cortando el viento
como quien corta alas de mariposa
y luego se paraban
para no dejarse atrás ninguno de sus sueños.
Llevaban la velocidad a cuestas
y a veces se olvidaban de las palabras.

Uno regresa

Uno regresa
con los bolsillos plenos de silencio
con la piel calmada
y las ruedas anchas,
y espera que del cielo
lluevan estrellas
pero nada moja
como mucho
la lágrima de algún niño